domingo, 27 de julio de 2014

Revolución científica y femenina

El Ministerio de Salud anunció un nuevo método anticonceptivo que consta de un implante subdérmico con una duración prolongada pensado para adolescentes.
En el año 2012 la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) aprobó la utilización del Implanon NXT, un implante subdérmico con propiedades anticonceptivas. Pero recién la semana pasada se anunció su lanzamiento en el marco del Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable del Ministerio de Salud de la Nación.
“Se puede obtener a un precio de entre $800 y $1.000 para que sea colocado de forma particular, pero a nivel nacional resultaría muy caro que sea para todas y por eso tiene restricciones”. La ginecóloga Mariana Merovich se refiere así a que sólo adolescentes de entre 15 y 19 años sin obra social ni prepaga y con un aborto o embarazo en el último año podrán ser las beneficiarias del dispositivo en forma gratuita. Según la profesional la principal ventaja de este método es que el Implanon descarga la hormona necesaria constantemente sin intervención humana una vez insertado. Además puede llegar a durar hasta siete años, ser indicado en pacientes que no pueden recibir estrógeno (componente primordial de las clásicas pastillas con ingesta oral) y ser usado durante la lactancia.
Sin embargo hay que tener en cuenta ciertos aspectos: “Está totalmente contraindicado en mujeres con cáncer de mama y hay que considerar que es un poco invasivo porque tanto para ponerlo como para extraerlo hay que hacer un pequeño corte en el antebrazo”, explicó la médica.
El Implanon funciona como un inhibidor de la ovulación gracias al etonogestrel, un esteroide progestágeno sintético, y no requiere de un control médico especial, aparte del chequeo anual. Durante su uso es muy común tener pérdidas, que pueden culminar con la desaparición del período menstrual. La doctora Merovich aclara que de todas formas este efecto no tiene ningún riesgo para la salud. Pero la ginecóloga remarca que el plan propuesto por el Ministerio de Salud debería hacer mayor hincapié en la necesidad de acompañar el anticonceptivo con la utilización de preservativos ya que este nuevo método no protege de las enfermedades de transmisión sexual.
Para la primera parte del lanzamiento del Implanon el Ministerio de Salud compró 10.000 unidades que serán repartidas entre hospitales de diez jurisdicciones en diferentes partes del país.
No es la primera vez que ciencia y universo femenino se unen para brindar alternativas en su cuidado a las mujeres.
Recientemente el dueño de Microsoft, Bill Gates, y su esposa Melinda invirtieron más de 4,6 millones de dólares en el desarrollo de un microchip a control remoto para el control de la natalidad. El dispositivo, de unos 20 x 20 x 7 milímetros, se introduce bajo la piel y contiene una dosis de estrógeno y progestina, tal como las píldoras orales. Para activar la descarga diaria de 30 microgramos de hormona necesaria se utiliza un botón inalámbrico a la distancia. Este invento podría tener una vida útil de 16 años para luego ser retirado por un médico cuando se agote. El objetivo es que el proyecto pase por pruebas preclínicas el año que viene para finalmente llegar al mercado en el 2018.
Otros dispositivos para la mujer
En los últimos años, principalmente gracias a agrupaciones feministas, tomó notoriedad la copa menstrual, un objeto con forma de embudo y fabricado en silicona que reemplaza a las toallitas y tampones. Según el Museo de la Menstruación y de la Salud de la Mujer en los Estados Unidos este invento se produjo industrialmente a partir de 1930 en ese mismo país, aunque hay registros de copas más rudimentarias desde 1867. El principal argumento de sus defensores es el impacto ambiental: se estima que alrededor de 315 millones de mujeres en todo el mundo usan tampones o toallitas a diario. Si en promedio cada una utiliza alrededor de 25 unidades de alguno de estos protectores por ciclo menstrual, por año se descartan 94 mil 500 millones de tampones y toallitas. Sin embargo para Merovich es un método poco higiénico: “Hay un mito de que por período se genera alrededor de media taza de té de sangre y suele ser bastante más, excepto casos especiales, por lo que dudo de su duración de 12 horas seguidas. En mi caso si una paciente me consulta le recomendaría que use la protección tradicional”.
En un segundo plano se encuentra el dispositivo descartable para que las mujeres orinen de pie. Sus creadoras son las uruguayas Mariné Villalba y María Elena de Paula, que empezaron a desarrollar este proyecto en 2009 y un año más tarde lo presentaron en un concurso de negocios de la Universidad ORT. Obtuvieron el primer puesto y lo necesario para llevar adelante su negocio, que recién ahora está llegando a Argentina y Chile para el comercio masivo.
Sobre el hecho de colocarse dispositivos en una zona sensible y de tejido mucoso como la vagina, la doctora Merovich aclara que “técnicamente” no debería causar ningún daño pero sostiene que cualquier cosa no estrictamente fisiológica debe tener algún efecto sobre el cuerpo. “Se pueden producir shocks tóxicos hasta por el uso de un tampón”, finaliza la profesional.

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